Es bien conocido el papel del ARN en la síntesis de proteínas. Sin embargo, además del ARN que forma los ribosomas; del ARN mensajero, que traslada como copia complementaria la información desde el ADN, y del ARN de transferencia, que transporta y coloca los aminoácidos en el orden establecido por los codones del ARN mensajero, se han descubierto otros ARN con función catalítica o reguladores de la expresión del ADN. Todo este repertorio ha hecho que la comunidad científica se decante por el ARN como el primera molécula con capacidad de replicación, es decir, de hacer copias de sí misma, aparecida en nuestro planeta, una característica principal en un material "genético". Así se mantendría hasta que la mayor estabilidad del ADN le sustituyó en este papel.
Desde hace unos 40 años se conoce la posibilidad de "modular" la actividad de los ARN mensajeros añadiéndoles marcas químicas. Este proceso denominado "epigenética" se ha estudiado con profusión en el ADN pero hasta ahora no se conocían bien los detalles de los efectos de tales marcas en la actividad del ARN. Os invitamos a conocer un poco más sobre esta "epigenética del ARN"
Triplete de nucleótidos que, en el ARN mensajero, corresponden con un aminoácido. Existen además de los codones informativos, codones de iniciación -que codifican para Metionina en eucariotas- y codones de terminación o codones STOP, que no codifican para ningún aminoácido y detienen la síntesis de la proteína.