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¿Ciclogénesis explosiva?

Llamada por algunos "Tormenta Perfecta", con vientos superiores a los 120 km/h y temporales intensos en las zonas costeras, el final de febrero de 2010 será recordado como un tiempo en el que todos volvimos la mirada hacia el cielo, atemorizados por la proximidad de una potente borrasca que no suele presentarse habitualmente en nuestras latitudes. ¿Pero qué es una ciclogénesis explosiva?

Se trata de un proceso de formación de una borrasca o ciclón de modo muy rápido e intenso: la presión atmosférica desciende 24 mb en menos de 24h. Por esa rapidez en su desarrollo y la violencia de los fenómenos meteorológicos asociados se le llama también “bomba” meteorológica. Es, pues, una borrasca muy profunda con rachas o golpes de vientos muy intensos que, en el mar, se traduce en fuertes temporales. Los bruscos cambios de dirección son los responsables del mayor riesgo de daños materiales (caídas de árboles, tejas, postes de la luz). Sin embargo, no todas las borrascas profundas son “explosivas”, pues algunas evolucionan lentamente.

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Son fenómenos difíciles de predecir que afectan a zonas amplias y que se producen habitualmente en latitudes altas (por encima de los 55º), en mar abierto sobre el Atlántico o el Pacífico. En nuestras latitudes (45º N) el fenómeno tiene una intensidad menor, no superándose habitualmente los descensos de presión por encima de 20 mb.

No debe confundirse con un ciclón, que es un fenómeno tropical formado por masas de aire muy cálido y húmedo acompañados de vientos intensos, ni con una galerna, que es un fenómeno local, de corta duración, diurno y que se propaga a lo largo de la costa. En estos fenómenos, los vientos sacuden de modo continuo y no a rachas como en las ciclogénesis explosivas. Algunos ciclones y huracanas abandonan, en ocasiones, las regiones tropicales y, a medida que se debilitan, pueden llegar a latitudes más altas. Así ocurrió con Gordon, un huracán que afectó a Galicia en 2006, o el ciclón tropical Delta, en 2005, pero estos procesos no pueden ser asociados a las ciclogénesis explosivas, si bien a veces algunas ciclogénesis se generan sobre las etapas finales de un ciclón.

El término “tormenta perfecta” no es un término meteorológico y se toma a partir de la película del mismo nombre, interpretada por George Clooney, en la que un barco ha de enfrentarse en alta mar a la ciclogénesis explosiva que se generó sobre el Atlántico Norte entre el 24 y el 31 de octubre de 1991, al este de los EEUU, que se caracterizó por olas y vientos de gran envergadura.

En España se produjo una ciclogénesis explosiva los días 23 y 25 de enero de 2009, afectando también a Baleares y Francia, denominada ciclogénesis del Klaus. Este fenómeno se originó sobre el Atlántico Norte, al oeste de las Azores. Este fenómeno, cuya máxima intensidad afectó a España, produjo vientos superiores a 180 kilómetros por hora y olas de 20 metros en el Atlántico, ocasionando la muerte de al menos a 26 personas y causando cientos de millones de euros de daños. Anterioremente, en 1998, otra borrasca similar produjo una tempestad en el Cantábrico que provocó el hundimiento del pesquero Marero, muriendo sus ocho tripulantes.

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Génesis de una borrascaLa ciclogénesis del 25 al 28 de febrero de 2010 se le ha denominado extraoficialmente “Xynthia”, como anteriormente en enero de 2009 se habló de la ciclogénesis del “Klaus” en España y Francia. Las borrascas o ciclones, son áreas de baja presión que se producen al chocar una masa de aire caliente con otra de aire frío. Se caracterizan porque las masas de aire giran en sentido contrario a las agujas del reloj (en el Hemisferio Norte; en sentido horario, en el Hemisferio Sur). En este caso, el origen de la borrasca se producirá en el Atlántico, al oeste de Madeira (Portugal). al chocar una masa de aire caliente superficial de origen africano con otra más fría , en capas más altas, proveniente del norte de Europa.

 

Se prevén rachas de cerca de 160 km/h en Galicia y olas superiores a los 6 m. En estas circunstancias Protección Civil recomienda asegurar puertas, ventanas y todos aquellos objetos que puedan caer a la vía pública, alejarse de cornisas, árboles, muros, obras o cualquier elementos que pueda desprenderse, alejarse de playas y de lugares que puedan "verse afectados por las elevadas mareas y oleajes que suelen generarse ante la intensidad de vientos fuertes". Si se circula en coche hay que tener cuidado en la salida de los túneles, adelantamientos y cruce con camiones en carreteras de doble sentido, así como estar prevenido ante la presencia de posibles obstáculos en la carretera.

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