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Visor

Mujeres... muy hombres

Hace ya 20 años, saltó a la primera plana de los periódicos el caso de la atleta María José Martínez Patiño. A la plusmarquista nacional de 60 metros vallas se le retiraba la licencia de atleta. La razón:  un análisis cromosómico revelaba que su constitución era XY, correspondiente a un hombre.

El determinismo sexual en los mamíferos viene dado por la existencia de una pareja de cromosomas desiguales en los que se encuentra la información correspondiente al sexo: el cromosoma X y el cromosoma Y. Los individuos masculinos tienen una determinación cromosómica XY, mientras que las hembras, son XX.

Como sabemos, el ser humano tiene 46 cromosomas, organizados en 23 parejas: un juego procede del padre y el otro, de la madre. De esta manera, el cromosoma X puede ser aportado por el padre o la madre, pero el cromosoma Y, sólo puede proceder del padre. Es en el cromosoma Y en el que se encuentra la información genética necesaria para determinar el sexo masculino. Ambos cromosomas son muy diferentes, como puede apreciarse en la imagen, siendo el cromosoma X mucho mayor que el cromosoma Y.

Cariotipo humano

El análisis realizado en aquél momento a la atleta española se justificaba por la existencia en el pasado de frecuentes fraudes en el atletismo, en los cuales hombres se hacían pasar por mujeres para ganar las pruebas de atletismo, gracias a la mayor fortaleza física de los hombres frente a los mujeres.

Así, en la década de los 30, la atleta checa Zdena Koubkova fue descalificada al demostrarse que sus éxitos en la distancia de 800 metros se debían a que era un hombre. Otro atleta alemán, Herman Ratyjen, asombró por sus marcas en el salto de altura, si bien, haciéndose pasar por Dora Ratjen. También las "francesas" Léa Caurla y Claire Bresolles, mostraron finalmente su verdadera identidad sexual. La sombra de la duda planea también sobre las hermanas soviéticas Tamara e Irina Press que consiguieron cinco medallas de oro en las olimpiadas de Roma 60 y Tokio-64. También fue muy famoso el caso de la atleta estadounidense Stella Walsh, campeona olímpica en Los Ángeles 32 Stanislawa Walasiewiz (Stella Walsh) que, al ser asesinada en una reyerta en Cleveland y realizarle la autopsia, reveló su identidad masculina, con unos órganos sexuales atrofiados y cromosomas de ambos sexos (mosaicismo). Este síndrome se conoce como de "feminización testicular" pues su aspecto general era femenino. El último caso de relevancia fue el de Ewa Klobukowska, una atleta polaca campeona de los 100 m que, en  1967, fue rechazada para participar en la Copa Europea de Naciones por una "feminidad insuficiente".

Las pruebas sobre la identidad sexual fueron suprimidas a partir de los juegos olímpicos de Sidney 2000, por considerarse que violaban el derecho a la intimidad. En la actualidad se permite a los transexuales, con ciertas condiciones, la participación en pruebas oficiales.

 El determinismo sexual es un proceso complejo que se da en varios escalones:

  1. Un primer elemento es genético: la presencia o no de cromosSíndrome de Turner oma sexual Y. En ocasiones aparecen intersexos, como el caso del síndrome de Turner o disgenesia gonadal, en el que el individuo tiene una constitución genética X0 (falta el cromosoma Y), lo que se manifiesta como una apariencia sexual indefinida y numerosos caracteres anormales, entre ellos frecuente retraso mental e infertilidad.
  2. En segundo lugar, las hormonas sexuales liberadas durante la pubertad, que desencadenan los caracteres sexuales denominados secundarios (vello, pechos, caderas, barba,...)
  3. El factor educacional que contribuye a afirmar la identidad sexual, en consonancia o no con la física.

 

De este modo, existen diferentes situaciones fisiológicas:

  • El hermafroditismo verdadero, en el que el individuo posee a la vez ovario y testículo, como el famoso caso del francés Herculine Barbi, en el siglo XIX.
  • El pseudohermafroditismo, en el cual el individuo tiene las gónadas de un sexo pero los genitales externos y los caracteres secundarios se corresponden con los del otro sexo.
  • El síndrome de feminización testicular , en el cual, la persona es genéticamente un hombre (XY) pero las hormonas masculinas apenas ejercen efecto por lo que sus características externas son de mujer. 

 

 

 

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