Ciertas variaciones en nuestros genomas, nos provocan percibir una amargura más intensa, lo que puede modificar nuestros gustos en las bebidas alcohólicas. Una experta en ciencia de los alimentos, de la Universidad de Pensilvania, indica que las variaciones genéticas en una población, afectan a la intensidad con la que percibimos los sabores.

La sensación amarga puede ser dado para defender el organismo de los compuesto tóxicos que componen las plantas. Las sensaciones provocadas por los alimentos y las bebidas afectan en su consumo.

 

 

Para ver si el receptor del calor pudiese intervenir en estos gustos, realizaron un experimento, en el que a 93 participantes diferentes, se les dio a probar diferentes tipos de alcohol, con distintas variaciones en los genes. El objetivo era analizar la reacción de los participantes al alcohol puro. 

Se concluyó que el estudio debía ser realizado en una muestra mayor. 

Esto podría ayudar a prevenir el alcoholismo para alguien que prueba el alcohol por primera vez.