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Visor

El fin de una tragedia

Una plaga que azotaba África desde los tiempos del Antiguo Egipto ha sido finalmente erradicada. Se trata del terrible gusano de Guinea, causante de graves mutilaciones en los individuos infectados.

La pulga de agua es el organismo portador de las larvas del parásito.    Una persona bebe agua de estanques contaminados  que contienen pulgas de agua (unos pequeños crustáceos) infectadas con larvas de gusano de Guinea. En el estómago, las pulgas son digeridas y liberan las larvas en los tejidos abdominales. Surgirán así gusanos que crecen hasta alcanzar los 90 cm de longitud que comienzan a desplazarse por el cuerpo, especialmente por las extremidades inferiores. Un año más tarde, el gusano surge del canal que ha ido excavando en el interior del cuerpo de su víctima. Presa de un dolor terrible, causado por el ácido que libera el gusano para disolver los tejidos y abrirse paso por ellos y que ha sido comparado por algunos con el de un cuchillo que permaneciera clavado en el  cuerpo, la persona infectada corre hacia el agua para calmar la herida. En contacto con el agua, el gusano libera multitud de nuevas larvas, que serán consumidas por nuevas pulgas de agua sin que éstas acaben con ellas durante el proceso de digestión.

Este es, a grandes rasgos, el resumen del vida del gusano de Guinea, causante de la dracunculiasis -nombre que deriva de la palabra pequeño dragón-, una de las más terribles plagas que han azotado África desde tiempos inmemoriales. Cuando el gusano comienza a emerger no es posible tirar de él ya que, si no se extrae completo, los restos que quedan en el interior del cuerpo pueden causar graves lesiones permanentes en los miembros afectados e incluso la muerte, debido a una especie de choque alérgico grave (choque anafiláctico). En su lugar,  se suele enrollar el extremo del gusano que emerge alrededor de un palito hasta extraerlo completamente.

En el año 1986 fueron detectados 3 millones de casos. Veinte años después, tras una campaña liderada por el ex-presidente de los Estados Unidos de América, Jimmy Carter, este número se ha reducido a 12.000 casos, estando prevista su total desaparición en los próximos cinco años. 

Las estrategias seguidas se basan en el tratamiento y filtrado de las aguas estancadas de las que captan las aguas numerosos pueblos africanos. Pero también, una lenta lucha por la concienciación de estas poblaciones acerca de las medidas esenciales de higiene y la necesidad de tomar medidas de precaución estrictas.

 

 

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